PRESENTACION:
Me llamo Daisly, tengo 24 años y 9 meses. Soy maga humana, morocha, tengo el pelo medio celeste. Mis padres son de la gran Armada Real, y obviamente, quieren que yo siga sus pasos. Estoy de acuerdo con eso, me parece algo muy lindo, eso de ser leal a un rey, y además tener buena reputación.
Como ya saben, para ser Armada tengo que matar 100 criminales, y no solo eso, también tengo que cumplir los 25, y falta muy poco para eso… Lo malo es que todavía no mate ni un solo criminal y no sé cómo voy a hacerlo en tan pocos meses. (Mis padres quieren que ni bien cumpla los 25 sea parte de los “Ejércitos del rey”, como ellos le dicen.) Yo por mi parte pienso que para lograrlo tendré que esforzarme, ya que no soy muy buena invocando hechizos… Recuerdo que la ultima vez, quise decir “En vax on tar” (Tormenta de fuego) Y me salió “Vax in tar”. Una vergüenza, lo sé. En fin, ese no es el caso. Ya invite a mi amiga Spinda, para que me ayude.
Estuvimos 3 dias, ella me hizo practicar moviéndome y tirándole “Celeridad” (no envoque una) aunque algo me ayudo… Ahora se que soy peor de lo que pensaba.
Bueno, ahora lo que tengo que hacer, es ponerme a prueba. Me dirijo de Ullathorpe hasta Banderbill en busca de algún criminal de poca edad para matar. (Obvio que si es mas grande, no voy ni a intentarlo, mi plan es paralizar y correr)
EL ENCUENTRO:
Llendo hacia el norte, encontré varias cosas: Una ropita linda de mujer color rosa y gris, no muy costosa, pero me la puse. Tambien vi un fantasmita, y me asuste, aunque segui. Y por ultimo un casco que no me servia entonces lo deje. Luego de eso segui en el caminito para no perderme.
En eso, se me paraliza el corazón. Del susto por supuesto. Vi una meditación azul y un nombre rojo. Entonces seguí mi plan al pie de la letra. Grite con todas mis fuerzas: “Hoax Vorp” Y entonces se quedó duro. Ahí movi mis piernitas largas como nunca y lo perdí de vista.
Me volvi a encontrar con un par de fantasmitas.
A lo lejos veo un rubio, muy lindo por cierto, musculoso, y con una sonrisa divina. Tenia ganas de preguntarle su nombre, y charlar con el. Despues de todo, un novio no me vendría mal.
Cuando estuve mas cerca de el, senti mas miedo que con el grandulon, aunque este chico parecía de unos 26 años. Me quede dura, al ver que era miembro de la Legion Oscura, o sea, mi futuro enemigo. Cuando me quise dar cuenta, me había inmovilizado, y yo de los nervios no hice nada. En ese momento el se abalanzo sobre mi, y me tiró al piso. Tenía un cuchillo en la mano. De esos que son ondulados. Iba a morir. Era el fin de mi vida, y no pude cumplir con el deber de ser Armada. Soy patética.
Cuando pensé que ese cuchillo iba a atravesarme, él se quitó de ensima mio, y desató las raíces que estaban en mis pies, a causa de su hechizo. Me levanto con suma delicadeza, como si fuera una princesa.
- Mirá, no quiero matarte, asique corre, para que no me arrepienta. –Dijo con voz mala.
- ¿Por qué?
-¿Acaso querés morir? – Volvió a decirme, esta vez con una voz sarcástica.
- No, no quiero morir. Pero quiero saber por que me dejaste vivir.
- Porque tu aroma es rico.
- ¿Solo por eso?
- ¿ Necesitas mas excusas?
- Si.
- Tus ojos, me di cuenta que tenias miedo. Y entonces no pude ser cruel.
- No tenía miedo. –Dije desafiante.
Entonces me volvió a inmovilizar y se abalanzo sobre mi como la primera vez.
-Okey si tengo miedo. –Volvi a decir, decepcionada.
Me levantó, se dio la vuelta y siguió caminando. Lo seguí.
-¡No me sigas! –Me grito con rudeza.
- ¿A dónde nos dirigimos? –Pregunte riéndome.
- Yo a Ullathorpe, vos no sé.
- Tambien me dirijo hacia alla.
- Cuando te vi, ibas hacia el norte.
-Cambie de decisión.
-Bueno, entonces vos vas por el caminito y yo por el bosque. Ya conozco esta zona y no quiero que me vean con vos.
Volvi a seguirlo hasta el bosque.
- Que insistente. –Dijo cansado.
- ¿Cómo te llamas? –Pregunte contenta.
-Ikafar. ¿Vos?
-Daisly.
- Lindo nombre.
-Gracias, mis padres dicen que es un nombre de princesa.
- Llegamos. Creo que es hora de despedirnos. Adiós.
- ¿A dónde vas?
- Voy a quedarme aca, tengo que comer algo. Y después me voy con mi familia a Ciudad Oscura.
-Mientras te quedes, voy a estar con vos.
- ¿Por qué? Soy criminal. ¿No te das cuenta? Es un peligro que estes conmigo.
- Se que es un peligro, y va a ser peor, porque cuando cumpla los 25 voy a ser Armada.
- No, por el amor de Pom! ¿Estas loca? ¿Cómo es que no me dijiste antes? Es imposible. No podemos hablarnos. Adios.
Se levanta con el pastelito que le había preparado y se va. Lo sigo, de nuevo.
-¿Tanto miedo tenes? Podemos ser amigos sin que nadie se entere. –Dije enojada.
- No tengo miedo de mi. No quiero que te maten.
-Se que me vas a proteger. Si no me dejaste morir antes, tampoco ahora.
-Es distinto. Yo era la amenaza. Imaginate si el diablo manda a todo su ejercito para matarnos. ¿Vas a seguir confiando en mi?
-Si.
-¿Y no te da miedo lo que el rey pueda hacer?
-No, no aún, no soy Armada todavía. Faltan unos meses.
-Daisly, apenas me conoces. No podes confiar tanto en una persona desconocida. Y menos si es legion.
-Tengo una intuición. Ademas, yo se en quien confio y en quien no. Voy a presentarte a mi amiga Spinda en un par de días. ¿Te parece bien?
-Creo que seria mejor que nos alejemos.
-Estoy pegada a vos.
-Puedo navegar y vos no.
-Pero en cuanto pueda voy a navegar por todas las tierras hasta encontrarte. Y además ambos sabemos que no te queres ir. Solamente me queres hacer la contra. –Me rei.
-Quiero protegerte.
-Con vos estoy a salvo. Vamos a escondernos detrás de esa casa, podemos charlar sin que nos delaten.
Ikafar y yo hablamos toda la tarde. Nos reimos y me compro un vestido muy lindo costoso. Ese blanco suelto, se llamaba White Lady. Las chicas del sastre me dijeron que me quedaba muy lindo y me sonroje.
Mas tarde fuimos por un caminito. Llegamos al bosque fantasmal, y algo me lastimó. No se que era, no lo vi por ningún lado.
- ¡Cuidado! –Me alzó y me aparto del agua. Luego me curo la pierna y me abrazó.
-¿Qué fue eso? –Pregunte desesperada.
-Asechador invisible. Estan en el agua, no se ven. Alejate de esa zona.
En un momento de la tarde, nos acostamos en el pasto y miramos el cielo.
-Estas loca, si pensas que esto esta bien. –Me dijo riéndose.
-Estoy loca.
Lo besé. Fue raro. Me senti en un cuento de fantasias, porque eso que me estaba pasando era casi imposible.
-Estoy loco.
Y seguimos besándonos.
Sabia que estaba mal. Pero quería que este bien, que nada me alejara de el, y me quería quedar abrazada durmiendo toda la tarde, porque sabia que el me protegía. Soy muy cursi.
-Tenes musculos. –Le dije con una risita.
-Em, si… –Me abrazó sonrojado.
En ese momento tenia el pelo atado, y me di cuenta que tenia que soltármelo. Deslice la gomita por mi pelo lacio y sacudi la cabeza suavemente.
-Que lindo pelo –Dijo tocándomelo con delicadeza.
-Gracias. –Respondi.
Su cara se puso rara. De preocupación.
-Tengo que ir a casa, mi familia me espera.
-¿Cuando nos volveremos a ver?
-Mañana, a las 3, en la fuente de Ulla.
-Pero ahí están todos.
-Cuando me veas seguime, yo voy a buscar un lugar donde no haya nadie.
-Soy buena siguiéndote. –Me rei.
Asi fue como todos los días nos encontrábamos en el mismo lugar. Ibamos al bosque, el me salvaba de alguna criatura extraña, y nos tirábamos a ver el cielo juntos, abrazados.
Yo tenia que ser Armada. ¿Pero como? Si el estaba siempre, no podía dejarlo por una cosa que planearon mis padres para mi. Ademas era muy difícil matar 100 criminales, porque mas alla de que los hechizos me salgan mal, no soy tan mala, no me gusta matar gente. Me gusta correr.
UN AMOR PELIGROSO.
Estoy enamorada. Era obvio que iba a terminar asi. Desde que lo vi me pareció muy lindo. Se que es peligroso. Si me ven me matan, literalmente. Pero ese peligro le da un toque de diversion a la cosa. Me gusta.
Estamos llendo hacia un lugar sorpresa. Pasamos por un camino lleno de palmeras y algunas tortugas. En un momento vi un puentecito que pasaba de ese lugar a otro. Cuando vi que decía en un cartel Arghal, supe que nunca había visto la ciudad.
Entramos. Era un lugar lindo y tranquilo. No había demasiada gente. Eran todos adultos por asi decirlo. Una vez que conoci la ciudad, me llevo hacia el oeste. Habia un par de “mansiones grandes”. Alli fue cuando tome mi decisión…